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Más de 22 terremotos sacudieron Italia el miércoles al mediodía,como es habitual en este país proclive a los sismos, pero ninguno tuvo la magnitud devastadora que un científico, ya fallecido, había pronosticado supuestamente para Roma.
Pese a los esfuerzos de los sismólogos por desmitificar el pronóstico de un terremoto intenso para el 11 de mayo de 2011, algunos romanos salieron de la ciudad por si acaso, movidos por rumores sin fundamento científico.
Muchos comercios cerraron en un vecindario de comerciantes chinos cerca de la estación ferroviaria central y un grupo de agricultores dijo que una encuesta de hoteles rurales en las afueras de la capital indicó que algunos romanos supersticiosos se habían ido al campo por el día.
Los temores se debieron a una supuesta predicción de Raffaele Bendandi, un sismólogo autodidacta que murió en 1979. Sin embargo Paola Lagoria, presidenta de la asociación a cargo de la documentación de Bendandi, dijo que no hay pruebas de que aquél hubiese hecho un pronóstico tan preciso.
Adam Burgess, disertante en sociología en la Universidad de Kent, dijo que versiones como éstas tienden a ocurrir durante "vacíos informativos", como en la guerra cuando se producen situaciones de incertidumbre. En este caso, sugirió, las versiones sobre un sismo romano podrían reflejar la falta de confianza que los italianos sienten hacia su gobierno.
"En el contexto italiano esto podría verse exacerbado por la experiencia más típica del estado italiano en que incluso las leyes y las legislaciones aprobadas a menudo significan muy poco en la práctica", agregó. "En dichos casos, aun con los esfuerzos del gobierno por corregir los errores, las informaciones precisas pueden ser contraproducentes".
Por cierto, las autoridades italianas extremaron medidas para tranquilizar a la población.
El departamento de Protección Civil nacional colocó un paquete informativo en su cibersitio en que resaltó que no se pueden pronosticar los terremotos y que Roma no corre un riesgo particular. Se abrieron líneas telefónicas gratuitas en la alcaldía para responder preguntas y el instituto de geofísica abrió sus puertas al público para informar sobre sismología.
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Meera Selva, periodista de The Associated Press, contribuyó a este despacho desde Londres.
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